lunes, 20 de agosto de 2007

Agustín García Calvo

Va a ser algo duro seguramente leer y entender las cosas que aquí se digan, pero también más interesante y regocijado que recibir las que recibís habitualmente.
Porque es que aquí, en general, se os va a decir lo contrario de lo que suelen deciros vuestros mayores, padres, instructores y demás, creyendo cumplir con su obligación cuando os lo dicen.
Vamos a intentar liberarlos a ellos de esa carga de obligación y a vosotros de la carga de tener que recibir esas instrucciones y las ideas acerca del Mundo que con ellas os trasmiten, y de creer que tenéis que hacerles caso y tomároslas como si fueran la verdad misma.
No son la verdad: no son más que la realidad, a la que ellos sirven y a la que se quiere que sirváis vosotros. Y, como iremos viendo, que la realidad sea verdadera y tenga que ser así, está muy lejos de ser verdad.
Por ejemplo, se supone que lo que estáis haciendo ahí, en escuelas, institutos o universidades, es estudiar, o sea trabajar y sacrificaros, con vistas al Futuro, para conseguir ser algo el día de mañana.
Ese mañana toma a veces la forma de pasar el examen de fin de curso, o de medio curso o de trimestre, o cualquier plazo que la Dirección mande.
Otras veces tomará la forma de la futura carrera, oposición o proyecto de vida que hayáis de seguir para llegar a ser eso que desde pequeños os han enseñado a creer que queréis ser cuando seáis mayores.
Pero, en todo caso, se tratará de trabajar y penar ahora para recibir mañana el premio. Bueno, pues aquí seguramente se os va a decir, lo que ya sentís vosotros por lo bajo, que no es verdad que tengáis un futuro conocido, por el cual debéis penar y sacrificar lo que podáis disfrutar y descubrir ahora.Que esa fe en el futuro para lo que sirve de hecho es para que ni siquiera sintáis amor ninguno por lo que estudiáis, puesto que sólo es para el examen, para tener un puesto el día de mañana.
Al mismo tiempo, se os dirá aquí que esos recursos que algunos de vosotros se buscan (al sentir el vacío que aquí se os crea) de ruidos, drogas, deportes y otros entretenimientos, no valen tampoco mucho, porque son demasiado obedientes a lo mismo.
Habéis nacido en este Estado del Bienestar, que es simplemente el Régimen del Dinero, que necesita esa Fe, ese Futuro y esas falsedades para sostenerse.
Pero a vosotros, para vivir, para sentir y pensar, no os hacen ninguna falta: por el contrario. Y alguna vez han de empezar algunos (¿por qué no vosotros mismos?) a descubrir las mentiras del Régimen y a encontrar maneras de vivir que no sean las que el Dinero y su Futuro imponen.
AGUSTÍN GARCÍA CALVO

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