domingo, 7 de diciembre de 2008

De Malatesta

Hace falta, además, tener en cuenta que por una parte los burgueses, es decir, los propietarios, se encuentran siempre al borde de declararse la guerra, de devorarse unos a otros, y, por la otra, que el gobierno, en cuanto hijo, esclavo y protector de la burguesía, como todo siervo, tiende a emanciparse, y como todo protector, tiende a dominar a su protegido. De allí este juego de balanza - esos estirones, esas concesiones acordadas y retiradas, esa busca de aliados entre los conservadores para combatir al pueblo -, juego que constituye la ciencia de los gobernantes y que crea ilusiones en los inocentes y los perezosos, que esperan siempre que su salud llegue de arriba. MALATESTA / La anarquía / 1907.

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