sábado, 31 de julio de 2010

LA MUERTE NECESITA DEL DESPILFARRO

Agustín García Calvo

Aparte del futuro de cada uno os quiero hablar del futuro de la Humanidad. Os hacen creer que la Humanidad va a algún sitio donde las cosas cada vez van a marchar mejor. Sólo con haber vivido veinte años ya se ve que no, que no es verdad. Ya se ve que las cosas, por el contrario, marchan peor, ya se ve que los artilugios que se suponía servían para facilitar la vida, no hacen más que estorbarla. Desde pequeños hasta ahora habéis percibido aquí, en Barcelona mismo, que cada vez sucede que estamos más en obras, "perdonen las molestias". Obras para el mañana, "Barcelona 92", "Barcelona 2035", qué importa. Pero la Barcelona de hoy es una Barcelona en obras. "Y para su bien, le estamos arreglando el restaurante para que disfrute usted de un mejor servicio mañana." De momento me están llenando el restaurante de cal y de cemento por los resquicios de las mesas; ésta es la situación real, la que palpo. Esto es progresivo y obedece a una ley económica. La necesidad de fabricar inutilidades es esencial a la forma desarrollada de Estado y Capital, es uno de los procedimientos esenciales de esa guerra a la que llaman paz. Es con la descripción de esto con lo que voy a terminar y mostrar cómo está ligado con el perpetuo y progresivo estropicio de la vida.

Tienen que producir inutilidades. El Capital en su forma avanzada no tiene otra ley que la del despilfarro. A vosotros os lo ocultan, os quieren hacer creer que el dinero en las altas esferas se mueve para tal y cual cosa, se mueve y, ya véis, que da lo mismo para preparar la "Expo del 92" que para resolver la crisis del Golfo Pérsico. Es absurdo, lo importante es gastarlo. La única condición del despilfarro que es el movimiento del Capital, primero y por supuesto, que no se trate de un dinero como éste que os dejan a vosotros, un dinero de unos pocos miles de pesetas con el que se compra un café y lo más paga uno el alquiler del piso. El que vale es el dinero serio, dinero que está por encima de los miles de millones de dólares. Si no está en ese nivel no sirve, es la primera condición. Tiene que ser un dinero así y ese dinero no tiene relación con ése que os dejan a vosotros. ¡No! Tiene una relación muy indirecta ése que os dejan sino para el engaño, para el entretenimiento de la vida, para aspirar a ganar más, diez mil pesetas más el año que viene y así, para crearle futuritos a uno.

Las leyes del dinero verdadero, el de los miles de millones de dólares son otra cosa. Y ahí la única ley es ésa, el Capital tiene que moverse y esto quiere decir necesariamente despilfarro. La única condición es que sea de verdad "un despilfarro", es decir que la cosa que sirve de pretexto para el movimiento del Capital a la gente no le sirva para nada, que sea perfectamente inútil. Si hay algún peligro de que la cosa sirva para algo, entonces el Capital se echa para atrás, empieza a no gustarle. El Capital se lanza furioso a la promoción entusiasta, a la promoción de cualquier cosa que se le proponga con tal de que cumpla esta condición: que sea inútil. Por tanto si al Capital le proponen que en la Ciudad Universitaria de Madrid se vuelvan a restaurar las vías de los tranvías para resolver de una vez el atasco, del que casi no podéis haceros idea, ahora, al que hemos llegado allí. Una vez que ha tenido que venderle automóviles a los estudiantes, a los bedeles y a los hijos de maría santísima que van ha hacer allí algún cursillo de informática catequística, cuando se produce algo de todo esto, el Capital se echa para atrás: "¿Voy a moverme yo para poner vías de tranvía y resolver esto? A ver quién le vende después automóviles a los chicos; cómo se le siguen vendiendo autos si se resulve el problema de la circulación. Para atrás, inútil intentarlo, hay un riesgo de utilidad." En cambio les dicen: Vamos a montar una torre de 92 metros para conmemorar el 92; creen que el metro es el metro, creen que saben lo que mide un metro. Nadie sabe lo que mide un metro, pero ellos creen que sí que saben lo que mide un metro y que por tanto 92, son 92. Una torre de 92 metros es una conmemoración del año 92, los números son los números. Vamos a montar una torre de 92 metros, ahí a la entrada de la Moncloa para que, entre otras cosas, se vigile el tráfico y se controlen los atascos de la Ciudad Universitaria desde el piso 28, de paso lo llenaremos con otras oficinas, oficinas de producción de nada se entiende, porque sino no sirven. Oficinas de producción de nada en todos los otros pisos, y arriba haremos una terracita que es el móvil cultural: haremos una terracita, de modo que se pueda ver desde allí el Guadarrama para que la gente puede subir a ver el Guadarrama. Le propongo una cosa de éstas y entonces el Capital, cajas de ahorros, bancas, fondos de los ministerios se echan y dicen: "ésta es la nuestra, para esto es para lo que estamos hechos." Y, efectivamente, como no se les vaya de manos, fabrican la torre de 92 metros. Para qué os voy a decir. Sin salirme mucho de la política de transportes, cierran -cierra la RENFE- vías por todas partes por motivos de rentabilidad, porque dicen que a lo mejor les cuestan diez millones al año mantenerlas. Pero les dicen, "vamos a hacer un alta velocidad París-Sevilla para unir las ciudades en cinco horas", -¡no se sabe a quién coño le puede hacer falta estar de París a Sevilla en cinco horas!- pero vamos a hacer un París-Sevilla que nos cueste un par de billones de billones de pesetas. ¿Un par de billones de billones de pesetas? ¡Ah! es otra cosa. Y entonces el Capital se lanza.

Pero para qué más ejemplos. Los tenéis todos los días y convendría que os esforzárais en encontrarlos en vuestra vida cotidiana. El despilfarro es una necesidad, efectivamente, el dinero no se mueve para otra cosa más que para ello. Sí, ahora me doy cuenta que os había prometido que esto lo iba a enlazar con una penúltima cuestión que había formulado y de la que no os habréis dado cuenta seguramente, o se os habrá pasado. Sí, porque yo estaba pensando en enlazar esta necesidad esencial con la cuestión. Efectivamente, esta necesidad condiciona las vidas privadas, no hay nada que se escape a este condicionamiento y estos movimientos del dinero que parece que suceden en altas esferas, están de alguna manera sin embargo condicionando. Aquí quien cuenta, quien se acostumbra a contar de esa manera los millones de dólares y los metros y cosas así, cuenta de igual manera las vidas. Las vidas están contadas según el mismo procedimiento y el despilfarro de vidas, por eso es por lo que esto no deja de ser literalmente una guerra. Es preciso despilfarrar vidas y ésa es otra manera de glosar aquello que os decía de la administración de muerte como función esencial del Estado-Capital. Es preciso despilfarrarlas, por supuesto matando gente, sólo en España seis mil ocupantes de automóvil al año en las carreteras. Si cogéis los meses que ha durado la farsa, en Europa han muerto diez mil veces más que en el Golfo Pérsico. Y cuando se muestran estas formas de guerra, este literal asesinato de súbditos y de clientes en números contados, uno se pregunta, "pero bueno, hay una diferencia, porque a aquellos pobrecillos de Bagdad los mataban, mientras que un automovilista que sale a la autopista un fin de semana ya sabe lo que hace." Esta pretensión de diferencia es la última con la que quería cerrar esta presentación. Es mentirosa. Nadie sabe lo que hace. A uno le han dicho que tiene un 997 por 1.000 de probabilidades, eso es todo lo que quieren hacer pasar por "saber".

Eso es todo lo contrario de lo que aquí os propongo como tal cosa. Literalmente, no saben lo que hacen. Obedece el que se compra un auto que no le sirve para nada y el que, una vez lo ha comprado, se ve obligado a sacarlo el fin de semana, porque si no le da vergüenza habérselo comprado. ¡Claro!, si no hace ningún paripé de usarlo de vez en cuando, quien hace eso es tan ignorante como el militroncho, mercenario o no, de los EE.UU., de los que mandan a la guerra del Golfo. Igual, igual de poco saben el uno que el otro y con la misma falta de inteligencia y con la misma sumisión mueren el uno que el otro. De forma que no hay la menor diferencia entre las cosas que se venden como guerra y esta paz que os estoy presentando. Pero os advierto que desde luego no es lo más terrible las muertes en autopista los fines de semana. Lo más terrible es la otra muerte que antes os he presentado. Esa administración que consiste en la conversión de la vida corriente en futuro. Ésa que abarca muchos más millones todavía que se realiza cotidianamente. Ésa es la verdadera forma de la guerra. Ahí es donde hay que aprender a reconocer la condición de guerra de esta paz y donde os invito por vuestra cuenta a que sigáis dándole vueltas.

miércoles, 21 de julio de 2010

sábado, 10 de julio de 2010

Erik Satie "Trois Gymnopédies"

Sobre el suicidio

Antes de suicidarme quiero que se me asegure que así será, querría estar seguro de la muerte. La vida sólo se me aparece como un consentimiento a la legibilidad ilusoria de las cosas y a su vínculo con la mente. Ya no me siento como la encrucijada irreductible de las cosas, la muerte que cura, cura desligándonos de la naturaleza, pero ¿y si no fuera más que una suma de dolores donde no ocurren cosas?
Si me mato, no será para destruirme, sino para reconstituirme; el suicidio no será para mí más que un medio de reconquistarme violentamente , de hacer brutalmente irrupción en mi ser, de dejar atrás el incierto avance de Dios. Por medio del suicidio, reintroduzco mi diseño en la naturaleza, doy por primera vez a las cosas la forma de mi voluntad. Me libero del condicionamiento de mis órganos, tan mal adaptados a mi yo, y para mí la vida deja de ser un azar absurdo donde pienso lo que me dan a pensar. Elijo entonces mi pensamiento y la dirección de mis fuerzas, de mis tendencias, de mi realidad. Me coloco entre lo bello y lo feo, lo bueno y lo maligno. Me quedo suspendido, sin inclinación, neutro, presa del equilibrio de las buenas y las malas peticiones.
Porque la vida en sí misma no es una solución, la vida no tiene ninguna clase de existencia elegida, consentida, determinada. No es más que una serie de apetitos y de fuerzas adversas, de pequeñas contradicciones que alcanzan su fin o abortan siguiendo las circunstancias de un azar odioso. El mal, como el genio, como la locura, se encuentra instalado de manera desigual en cada hombre. Tanto el bien como el mal son el producto de las circunstancias y de un sentimiento que se potencia hacia algo más o menos activo.
Es ciertamente abyecto ser creado, vivir y sentirse irreductiblemen-te determinado hasta en los menores reductos, hasta en las ramificaciones más impensadas de su ser. Después de todo no somos más que árboles y probablemente esté inscripto en un recodo cualquiera del árbol de mi raza que algún día me mataré.
La idea misma de la libertad del suicidio cae como un árbol talado. No soy el creador del tiempo, ni del lugar, ni de las circunstancias de mi suicidio. Ni siquiera doy origen al pensamiento, ¿sentiré la arrancadura?
Puede que en ese instante mi ser se disuelva, pero si permanece en-tero, ¿cómo reaccionarán mis órganos arruinados, con qué órganos imposibles registraré yo el desgarramiento?
Siento la muerte sobre mí como un torrente, como el sacudón instantáneo de un rayo del que no alcanzo a imaginar la capacidad . Siento la muerte cargada de delicias, de dédalos en remolino. ¿Dónde está, en esto, el pensamiento de mi ser?
Pero he aquí de pronto a Dios como un puño, como una guadaña de luz cortante. Me he separado violentamente de la vida, ¡quise remontar mi destino!
Dispuso de mí hasta el absurdo, este Dios; me ha mantenido vivo en un vacío de negaciones, de encarnizados renegares de mí mismo, ha destruido en mí hasta los menores empujes de vida pensante, de vida sentida. Me redujo a ser como un autómata que camina, pero un autómata que sintiera la ruptura de su inconsciencia.
Y he aquí que quise dar pruebas de mi vida, que quise unirme a la resonante realidad de las cosas, que quise romper mi fatalidad.
¿Y qué dice Dios?
Yo no sentía ni la vida, la circulación de toda idea moral era para mí como un río reseco. La vida no era para mí un objeto, una forma; había devenido una serie de razonamientos. Pero razonamientos que daban vueltas en el vacío, razonamientos que no daban vueltas, que estaban en mí como esquemas posibles que mi voluntad no llega a fijar.
Para llegar al estado de suicidio, necesito el retorno de mi yo, necesito el libre juego de todas las articulaciones de mi ser. Dios me colocó en la desesperación como en una constelación de callejones sin salida cuya iluminación conduce hasta mí. No puedo ni morir, ni vivir, ni desear morir o vivir. Y todos los hombres son como yo.


Antonin Artaud

jueves, 8 de julio de 2010

viernes, 2 de julio de 2010

Propiedades de la Chía

Usos generales

Las semillas remojadas en agua liberan el mucílago, produciendo una líquido gelatinoso, en México se usa para dar sabor con jugos vegetales o esencias, y se le consume como bebida refrescante. Las semillas también pueden secarse y molerse para preparar una harina fina y de sabor intenso, llamada pinole, que se consume principalmente como dulce. Los brotes tiernos se consumen como verdura cruda o cocida y pueden ser usados en ensaladas. La semilla de la chía es desmenuzada y triturada para su consumo a si mejora sustancialmente el aprovechamiento de todos sus componentes por parte del organismo, hecho que no se logra con el consumo de la semilla entera, más aun considerando que es de un tamaño pequeño y esto dificulta su masticación.

La chía es una fuente de omega 3, que elimina la necesidad de utilizar antioxidantes artificiales como las vitaminas. De esta forma los antioxidantes de la semilla de chía le otorga una enorme ventaja sobre todas las demás fuentes de ácidos grasos omega 3, ya que permiten que pueda almacenarse por años, sin que se deteriore el sabor, el olor o el valor nutritivo.

Su alto contenido en fibra (33,6%), permite aumentar el volumen del bolo fecal que transita por el tubo digestivo, lo que se debe principalmente a su capacidad para absorber agua. En consecuencia las heces se vuelven más voluminosas y suaves, debido a la mayor hidratación. Además, el aumento del tamaño del bolo fecal estimula el tránsito intestinal, regula los movimientos intestinales, evitando el estreñimiento, la diverticulosis y el cáncer de colon.

Propiedades medicinales

La semilla chía es el cereal con el más alto contenido de Omega 3, ácido graso esencial que nuestro metabolismo es incapaz de producir y que por lo tanto es necesario aportarlo de forma exógena, con la dieta o con suplementos. Las deficiencias en los ácidos grasos esenciales se relacionan con una gran variedad de problemas, incluyendo algunos de gran importancia como son enfermedades cardiacas, cáncer y diabetes.

La sintomatología de la deficiencia o del desequilibrio en ácidos grasos esenciales, incluyen piel seca y descamada, pelo excesivamente desvitalizado, uñas quebradizas, fatiga, debilidad, infecciones recurrentes, alergias, alteraciones del humor, hiperactividad, depresión, problemas de memoria y aprendizaje, lenta curación de las heridas, articulaciones dolorosas, digestiones lentas, tensión arterial elevada, obesidad y colesterol alto.

Los ácidos grasos Omega 3 reducen la tendencia de la formación de trombos, ya que aumentan el tiempo de coagulación; disminuyen la agregación plaquetaria, la viscosidad sanguínea y el fibrinógeno. Esta más que demostrado que los ácidos grasos desempeñan un papel fundamental en la mejoría de las enfermedades cardiovasculares y de fenómenos inflamatorios como: artritis reumatoide y por lo tanto, en la disminución de diversas patologías crónicas, como por ejemplo, el asma, siendo además imprescindibles durante el embarazo ya que son necesarios para el desarrollo de la retina y el cerebro.

Uso medicinal en dolencias de los músculos: Las hojas de esta planta se calientan en las brasas y se ponen como cataplasmas en la parte donde duele o también se soba con las hojas calientitas en la parte dolorida...

También la preparación del agua fresca tomada diariamente sirve para enfermedades del hígado. Se han comprobado sus beneficios y efectos en la reducción del tamaño de tumores, como el de mama o de colon. Por eso sus beneficios son múltiples. Actuando en las enfermedades que afectan al sistema cardiovascular es decir tanto al corazón, como al cerebro y a los vasos sanguíneos. Debido a que las principales causas de las enfermedades cardiovasculares son: la arteriosclerosis, arritmias, anomalías congénitas.

Las funciones cerebrales que pueden ser afectadas si nos falta omega 3, son la dificultad de aprendizaje, Alzheimer, depresión, ansiedad problemas visuales y un desequilibrio en el sistema inmune. Provocándonos desordenes mentales y neurológicos.

Modo de preparación

La semilla de Chía puede ser ingerida en variadas formas, puede ser consumida como gel, dejándola remojar la semilla en un vaso con agua 30 minutos o más antes de consumir (idealmente agua hervida fría o mineral ya que el exceso de cloro puede destruir las propiedades). Las semillas absorberán el líquido y formaran una gelatina, mezcle bien, ésta puede ser almacenada refrigerada por 30 días para su consumo; es posible combinarla con cualquier alimento o líquido [13]. Se puede mezclar en jugos naturales, leche, yogurt, como aderezo para ensaladas, salsas, sopas, cremas, verduras, budines u omelettes, postres, panes, o como su creatividad le sugiera o en el alimento que se prefiera siempre y cuando este molida, la mejor ventaja de la semilla de chía molida es la instantánea, ya que tiene mejor absorción por parte del organismo, y se aprovechan mejor las propiedades [4].

Se puede tritura o moler para que se haga polvo o consumir entera:

1.- Semilla de chía entera: En un vaso de agua, jugos naturales, leche o yogurt, remojar por 30 minutos, hasta la formación de gel o mucílago, revolver antes de ingerir.

2.- Semilla de chía molida: Es instantánea, no requiere remojo previo y se absorbe con mayor rapidez en el organismo. La semilla molida o triturada es la que tiene toda la fibra, en cambio la harina de semilla, pierde la fibra y varias de sus propiedades.

3.- Existe una presentación de un aceite esencial de chía: El aceite de chía se convierte en una nueva fuente natural de ácidos grasos esenciales, especialmente de Omega-3. Tiene además un alto contenido de ácido linolénico, dándole un marcado efecto cardioprotector [4]. Cuidado, este no es comercializado en México, ni se acostumbra por la población, únicamente lo menciono para conocer un uso no tradicional.

4.- Preparación de la chía en agua fresca:

Ingredientes:
Una taza de semillas de chía.
Dos litros de agua.
Un tercio de taza de jugo de limón.
Una taza de azúcar.

Procedimiento: Se deja a remojar la chía en una taza de agua durante 2 o 3 horas, o hasta que esponje y suelte mucílago. En 2 litros de agua se vierte el jugo de limón y se disuelve el azúcar ya disuelta. Se agrega la chía remojada, se mezcla bien. Se sirve fría.
La chía:
No tiene gluten en su composición química por lo que es ideal para la alimentación de personas celiacas.
Nutricionalmente es una fuente de Omega 3 y posee un balance entre sus ácidos linoleicos (Omega 3 y Omega 6).
Contiene calcio, hierro, fosforo, vitamina A, potasio, magnesio, niacina y zinc.
Contiene fibras solubles, antioxidantes naturales.
Es utilizada para la pérdida de peso y obesidad.
Es antiagregante plaquetario.
Es antiinflamatorio.
Es antimutagénico.
Es anticarcinogénetico y antitumoral.
Laxante.
Hipotensor.
Ayuda a controlar los niveles de colesterol.
Reduce los niveles de los triglicéridos.
En diabetes usado como hipoglucemiante.
Refuerza el sistema inmunológico.
Tónico cardíaco y nervioso, previene enfermedades psiquiátricas (depresión, Alzheimer, déficit de atención, esquizofrenia, autismo, estrés).
Problemas gastrointestinales.
Ayuda en afecciones cardiovasculares, pulmonares y arteriosclerosis.
Se usa para tratar la anemia.
En gestación y lactancia, ayuda al desarrollo visual y neurológico del feto.
Disminuye la dermatitis.
Es analgésica, vía tópica (uso de la hoja).
Actúa como un potente repelente de insectos, evitando la necesidad de usar químicos para proteger los cultivos.

Curandero virtual

http://www.tlahui.com/mt5/fitgast1.htm

...

Vida al instante.

Función sin ensayo.

Cuerpo sin prueba.

Cabeza sin reflexión.

Ignoro el papel que hago.

Sólo sé que es mío, no es intercambiable.

De qué va la obra,

debo adivinarlo sobre el escenario.

Malamente preparada para el honor de la vida,

Soporto a duras penas el compás impuesto de la acción.

Improviso , aunque aborrezco la improvisación.

Tropiezo a cada paso con el desconocimiento de causa.

Mi modo de vivir huela a aldea.

Mis instintos son de aprendiz.

La vergüenza, al excusarme, tanto más me humilla.

Siento las circunstancias atenuantes como crueles.

Palabras y gestos irrevocables,

estrellas no contadas,

el carácter, como un abrigo abrochado, en marcha,

he aquí el penoso fruto de este apremio.

¡Si al menos pudiera un miércoles ensayar primero,

o al menos un jueves repetir una vez más!

¿Acaso está bien? –pregunto

(con voz ronca,

pues ni me han dejado aclararla tras los bastidores).

Es vano pensar que no es más que un examen somero

hecho en un lugar provisorio. No.

Me hallo entre los decorados y veo cuán sólidos son.

Me choca la precisión de cualquier atrezzo.

El equipo giratorio funciona desde hace largo rato.

Las nebulosas más lejanas ya han sido encendidas.

Ah, no me cabe duda de que esto es el estreno.

Y lo que haga

se tornará siempre en lo que hice.



W. Szymborska